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Pero, sobre todo, fue un mazazo para el fútbol español, equipaciones de futbol baratas que se veía privado de un más que posible éxito por motivos ajenos a lo deportivo. En su segundo enfrentamiento, disputado en el Santiago Bernabéu, el combinado español venció por 2-1 con goles de Pirri y Gárate, lo que dejaba su clasificación en manos de los checoslovacos, que aún deberían jugar dos partidos. España ganó tres de estos partidos y perdió uno, contra Francia en París, por un ajustado 4-3. El último partido amistoso antes del enfrentamiento frente a la URSS fue contra Inglaterra, el 15 de mayo de 1960 en el Estadio Santiago Bernabeu, donde España ganó por 3-0, con dos goles de Eulogio Martínez y otro de Peiró. Antes de que se empezaran a disputar los partidos de dicha fase, se preparó un partido de ensayo en Lyon ante Francia, a la cual el conjunto español derrotó por 1-3. Se da la circunstancia de que España no volvería a ganarles más en suelo francés hasta 42 años después.

España, con Villalonga al mando, llegaba al torneo mundialista con un combinado que no difería mucho del que venció en la final de Madrid a la URSS de Lev Yashin. La dictadura de Franco se había opuesto a que España se enfrentara a la URSS por temor a que una derrota española fuera utilizada por los soviéticos con fines políticos y, muy especialmente, porque el régimen franquista -que era anticomunista- no quería recibir a una delegación del mencionado país en suelo español. El 25 de mayo, cuando la expedición española dirigida por Helenio Herrera estaba concentrada en Madrid para viajar hacia Moscú con intención de disputar el primer partido de la eliminatoria, camisetas de futbol vieron en la prensa un comunicado que decía «La Federación Española de Fútbol ha comunicado a la FIFA que quedan suspendidos los encuentros de fútbol entre las selecciones nacionales de España y la URSS para la Copa de Europa de Naciones».

Hasta esa fecha, había generado hasta un 64 % de los goles del equipo, por lo que su incidencia en el juego colectivo era mucho mayor que la de los años anteriores. Dicha próxima gran cita se celebraría dos años más tarde en suelo español. Este encuentro fue histórico, ya que después de treinta y dos años una selección nacional ganaba en tierra norteamericana. El resultado, encargado de decidir la clasificación, favorecería a los brasileños, por lo que España quedaría eliminada tras quedar cuarta en el grupo. España quedó encuadrada en el Grupo 3 junto a Brasil, Checoslovaquia y México. El conjunto español quedaba segundo en el grupo y no lograba su billete para la cita. El combinado español vencería por un resultado global de 4-2, con lo que logró el billete para disputar su tercer Mundial. España no comenzó bien y, tras empatar con los suizos a dos goles y perder frente a los escoceses por 4-2, debía ganar sus siguientes dos encuentros y esperar que Suiza ganase a Escocia. Días más tarde, venció a los suizos por 2-1 tras remontar con tantos de Sanchís y Amancio el gol helvético.

Este se jugó en París y España selló su clasificación ganando por la mínima con un gol de Ufarte. En el partido de ida, disputado en Chorzów, los polacos empezarían adelantándose en el marcador con un gol de Ernest Pohl en el minuto 34. En el minuto 40, Suárez conseguiría el empate y, un minuto después, Di Stéfano culminaría la remontada de la selección española. Ese partido terminó con un 2-4 favorable a los visitantes, con dos goles de Suárez y otros dos de Di Stéfano. Por un lado estaban Ramallets -ganador también del Trofeo Zamora de la Liga 1959-60-, Kubala, Luis Suárez -que ese año ganaría el Balón de Oro- y Eulogio Martínez, que habían ganado la segunda Copa de Ferias, y, por otro lado, Di Stéfano, Gento y Del Sol, que habían sido protagonistas ganando la quinta Copa de Europa. Cada 20 de septiembre se realizaba el evento más importante de la comunidad italiana -difundido además en Argentina y Brasil- y durante ese día, en 1919, también se celebró una fiesta nacional uruguaya conocida como «el día de Italia». En los 1980 surgió una nueva imagen para la mujer trabajadora, una mujer de éxito que entraba en las directivas de las grandes empresas, basada en un prototipo de amazona glamurosa que emanaba tanto poder como cierta sexualidad implícita, lo que se plasmaba en vestidos de holgadas hombreras, peplo ensanchado en las caderas, minifalda, medias opacas negras y tacones de aguja, así como complementos como los pañuelos de Hermès y la bandolera dorada de Karl Lagerfeld.