La cuarta oportunidad de Independiente para ser campeón del mundo fue en la Copa Intercontinental 1973. Esta vez el rival fue la Juventus italiana, equipo que reclamó que la final sea disputada a partido único en el Estadio Olímpico de Roma debido a la violencia ejercida por los clubes sudamericanos en territorio sudamericano. Sea como fuere, este equipo y el ‘Xeneize’ se retaron en un partido con un solo objetivo: el ganador se quedaría con el celeste como color identificativo, mientras que el derrotado debería buscarse nuevos tintes para escudos, camisetas y demás señas.